2015
HOY JUEGA LA GLORIOSA
Más allá del planteo táctico elegido, del rendimiento de los jugadores y de las dudas que puedan suscitar el árbitro o el rival, esta noche La Gloriosa se pone el equipo al hombro. Para dar vuelta la serie, el Bidegain debe ser una fiesta desde el minuto cero.

En condición de local, el mejor partido de San Lorenzo en la última Libertadores seguramente fue el 3-0 sobre Botafogo, en la última fecha de la fase de grupo. Se trató de una noche especial, en la que cierta efervescencia en el aire, cierto ‘efecto contagio’ en la tribuna, permitía adivinar antes del pitazo inicial que el partido se ganaría y que -de una u otra forma- el Ciclón accedería a la clasificación.
Así como hay cotejos en los que nuestros jugadores presentan un mayor o menor nivel, también hay jornadas en las que La Gloriosa está más o menos inspirada, en la que la fiesta sanlorencista está más contenida o más liberada. Esa noche en particular -como habitualmente, pero más- el pueblo azulgrana alentó y empujó al equipo de una manera decisiva. Fue un factor clave desde lo psicológico, lo anímico, lo motivacional (y algo más, un extra que escapa a las explicaciones) para obtener la victoria final.
Ese ejemplo hay que tener en mente hoy, camino a la cancha. Yendo con fe, con ilusión, y promoviendo así, desde afuera, cual círculo virtuoso, la fe y la ilusión que nos va a ayudar adentro, en la cancha.
San Lorenzo necesita ganar al menos por un tanto para forzar el alargue. No sabemos si arrollará a un River timorato, si abrirá el marcador con una pelota detenida, si se perderá muchos goles y -cuando menos pintaba- se encontrará con una carambola favorable, si el “9” los clavará tres veces, si el medio se los comerá crudos, si sabrá resistir los contragolpes. No sabemos qué puede llegar a pasar cuando empiece a rodar la pelotita.
Pero tenemos algo muy claro: si La Gloriosa está encendida, si está en una de esas noches mágicas que abundan en nuestra historia de proezas del tablón, si nos hacemos sentir como sabemos, si volvemos a demostrar que el mejor modo de predecir un futuro triunfal es construirlo… no hay dudas, la Recopa se queda en casa. Va a volver la fiesta para Boedo, y ya sabés cómo sigue la canción...
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