Están desesperados y la cuentan como quieren. Pero la verdad de la milanesa (o de la pizza, en este caso) es que el historial entre San Lorenzo y Boca constituye una de las tres paternidades entre grandes que jamás cambiaron de dueño a lo largo de la historia profesional. Ya van 85 años (y contando) de hegemonía azulgrana ininterrumpida en el clásico contra los bosteros.

El año pasado el portal de DeporTV presentaba como “informe especial” un hilarante racconto de partidos entre San Lorenzo y Boca en el que avisaba que si se tomaban en cuenta “los torneos de la era amateur y los amistosos”, el historial quedaba igualado en 94 triunfos para cada Club, lo que “volvía más decisivo” el clásico jugado en 2015 ya que "definiría la paternidad".

No es broma, estamos citando textualmente.

San Lorenzo luego ganó. Y también ganó la Supercopa contra los Bosteros. De ese historial, nunca más escuchamos hablar.

Hoy despertamos con el Diario Olé dando cuenta de un historial de 195 partidos, en el que San Lorenzo ganó 74, Boca 70 y hubo 50 empates (1 dándose por perdido a ambos). Allí la indignidad al menos se limitó a sumar los partidos amateurs, dejando de lado los amistosos. Así y todo, tampoco les alcanza.

Desde hace varios años Boca, Rac*ng y Hurac*n, por distintos intereses que atañen a cada Club, han iniciado una ola revisionista del fútbol. Algunos para bordarse gloria inexistente. Boca con el objetivo de ser el único Club argentino con todos historiales favorables. Los del Riachuelo, a ese objetivo institucional lo han acompañado con un trabajo fino de escritorio y arbitrajes. A Independiente se lo comieron rápido. Con San Lorenzo todavía no pueden.

Amén de causar gracia, estos arrebatos no hacen más que evidenciar lo mucho que les duele la Paternidad Xentenaria. La tienen muy adentro. Tienen una espina clavada y, al negarlo, no hacen más que dejar proliferar la infección.

Volviendo a la inapelabilidad de los números, actualmente la diferencia es de 11 partidos (que se vuelven 13 si consideramos las copas internacionales). Sobre un total de 184 choques en el Profesionalismo, San Lorenzo ganó 73, Boca se impuso en 62 y se registraron 49 empates. Y aunque también se extienden desde 1931, las otras dos supremacías históricas sin pausas entre clubes grandes (es decir, la de River sobre Racing y la de Independiente sobre el Ciclón -que lo mandó a la “B”-), la de San Lorenzo sobre Boca detenta una interesante particularidad: comenzó exactamente al minuto de juego del primer partido oficial entre ambos equipos.

En efecto, el memorable encuentro que dio comienzo al historial, jugado en la Boca el 16 de agosto de 1931, terminó 2-0 a favor del Ciclón. Pero lo notable del caso residió en que el primer gol cuervo (anotado por Arturo Arrieta) se produjo ni más ni menos que al minuto de juego. Se trata, en definitiva, de la paternidad más larga del fútbol argentino, puesto que su puesta en marcha coincide con la del enfrentamiento inicial. Bastaron apenas 60 segundos para que quedara en evidencia una superioridad que, salvo raras excepciones, se ha mantenido desde entonces (Boca nunca tuvo mas partidos ganados que San Lorenzo, solo pudo igualarlo en cuatro oportunidades, la última de ellas en 1947)

Y es por eso que a ningún otro clásico le calza de manera tan apropiada un célebre estribillo que, le duela a quien le duela, siempre les cantaremos a modo de certeza y exigencia histórica: “Vamos vamos San Lorenzo, vamos vamos a ganar, que nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán”

VAMOS CICLÓN!!!