2016
LAS VUELTAS DE LA VUELTA

En tiempos en los que pretenden que tu duda sobre el boleto con Carrefour se centre en el cuándo se firma y no en el qué se firma, volvimos a las bases difundiendo el Proyecto La Gloriosa para recordar el camino de excelencia con el que diagramamos la Vuelta a Boedo. Habrá una sola vuelta a casa en nuestra historia, pero existen muchos caminos hacia Avenida La Plata. Y no todos dan lo mismo.

La Vuelta a Boedo que se empezó a gestar en 1999 debió librar muchas batallas. Contra la incredulidad inicial. Contra quienes no entendían el daño que el desarraigo le había generado (y le genera) a San Lorenzo. Contra las críticas malintencionadas. Contra el desinterés de muchas dirigencias azulgranas. Contra sectores mezquinos e incapaces que ensuciaron la causa, improvisando sobre la marcha, con el único interés de ponerle su firma a algo que nunca debió tener nombres propios. Contra las dificultades de masificar la idea hasta convertirla en Cuestión de Estado. Contra el Gobierno de la Ciudad. Contra Carrefour.
El Proyecto La Gloriosa Vuelta a Avenida La Plata nació del debate. Primero entre amigos. Después con nuestros conocidos. Luego con nuestros lectores y con sectores políticos del microclima azulgrana. A todos se les confió hasta las últimas de nuestras ideas, para pulirlas con el aporte indispensable de los distintos puntos de vista. Nada de lo hecho en los casi 16 años que tenemos como Agrupación se hizo sin socializar nuestras convicciones para reafirmarlas o discutirlas con otros sanlorencistas.
Vemos con preocupación que en los últimos años de la Vuelta a Boedo en los que, paradójicamente más parece haberse avanzado en la cuestión, todo se ha hecho a espaldas del socio del Club, a quien sólo se convocó para movilizaciones o para poner plata. No importan sus ideas, críticas o sugerencias; sólo su billetera. No importa si adhiere a las decisiones; sólo que esté dispuesto a llenar una Plaza o a copar una Legislatura. Y el socio de San Lorenzo, a ciegas y por amor, cumple. Como cumplió toda su historia.
Con esa manera de obrar no tranzamos. Nunca tranzamos.
Ante esta situación es que volvimos a subir a Internet el Proyecto La Gloriosa Vuelta a Avenida La Plata. Los objetivos son múltiples. Primero, para recordar que la Vuelta a Casa debe responder a un camino pensado y escalonado, en el que cada paso se explica por el que lo antecede y por el que lo precede. Segundo, para reafirmar que la Vuelta a Boedo es con estadio en Avenida La Plata; que nadie se confunda, que nadie se haga el distraído. Y tercero, para dejar en claro que a Boedo volveremos una sola vez y este camino debe ser transitado con excelencia e ideas superadoras, ya que no es todo lo mismo.
No es lo mismo ampliar una sede que no ampliarla.
No es lo mismo ampliarla con objetivos de grandeza que simplemente anexar una propiedad a la sede ya existente.
No es lo mismo hacerlo presentando un proyecto perfectible que sin mostrar nada.
No era lo mismo construir un Microestadio o un Polideportivo.
No era lo mismo erguir en Boedo el espacio cultural y deportivo más grande de la Ciudad, dejando de lado el Luna Park, que hacer un gimnasio con tribunas.
No era lo mismo un Polideportivo con capacidad para 2.000 personas que un Microestadio capaz de albergar 4.500/6.000 personas según el evento, donde pudiera haber desde recitales, fiestas culturales, combates de box, futsal y eventos políticos, hasta el regreso de la localía del básquet a Boedo.
No es lo mismo que Carrefour se quede con cero, 5.000 o 10.000 metros cuadrados para una futura tienda.
No es lo mismo presentar o no presentar un proyecto oficial para el futuro estadio.
No es lo mismo pensar en un estadio que contemple el cumplimiento de parámetros FIFA para usufructuar la coyuntura de un posible Mundial 2030 en el país, que contentarnos con un diseño más funcional al apuro que al inmenso potencial convocante de un San Lorenzo en Boedo.
No es lo mismo anticipar los debates en la Legislatura que manejarse como si los mismos pudieran no llegar a ocurrir.
No es lo mismo abordar la cuestión de los vecinos del Barrio de manera Institucional o no hacer nada al respecto. O peor, terciarizarlo en actores de nula legitimidad que no representan la voz última del Club ante quienes viven en Boedo.
No es lo mismo prever o no la trasformación de un barrio estancado desde hace cuatro décadas en un polo turístico porteño impulsado por un Club que simboliza y congrega buena parte de su tradición y cultura.
No es lo mismo preocuparse por cuándo se firma el boleto de compraventa con Carrefour que por saber qué dice ese boleto de compraventa. Y estamos de acuerdo, los plazos se han estirado más de la cuenta. A esta altura, podemos prácticamente asegurar que, si en lugar de negociar con la empresa se hubiera optado por la judicialización de la cuestión, muy probablemente estaríamos cerca de una resolución en la que tendríamos más metros cuadrados en el predio de los que finalmente tendremos. Y cada metro cuadrado que perdemos en Avenida La Plata es un pedazo que le quitamos al futuro estadio. Pero a la gente no se le puede seguir faltando el respeto haciéndola correr detrás de falsos ejes. ¿Qué dice el boleto? Esa debiera ser la pregunta que a todos nos convoque. Por eso vale la pena alzar la voz.
Por eso, sabiendo que aún falta mucho, y que en breve nos volverán a gritar que “volvimos” a Boedo por la firma de un boleto, es que pretendemos que se eleve la vara. Del debate y del involucramiento. Y por eso acá les volvemos a dejar el Proyecto La Gloriosa Vuelta a Avenida La Plata, para que recorran sus argumentos, visiten sus fotos y disfruten sus videos. Y también para que lo sigan evaluando, criticando y mejorando ya que, en definitiva, de eso se trata.
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