20 MAR
2017
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CONTATE OTRO (PARTE 13)


Por Carlos Balboa
Periodista. Socio 12.236. Socio Refundador 2.045

Llegamos al final de esta serie de entregas, lo que no significa que el tema esté agotado. Esperamos haber brindado un aporte de sensatez a un debate que no estará zanjado hasta tanto la AFA siga sometida a las presiones de un “Ministerio de la Verdad” del fútbol argentino que pisa cada vez más fuerte (a la verdad) en los medios y las redes sociales.

CONTATE OTRO (PARTE 13)

Mientras la batalla de sentido en el terreno local se empantana -algunos de los nuestros caen en la trampa de los estadígrafos de Boca, Racing y Huracán- y la tergiversación de las estadísticas avanza en el terreno mediático sobre el palmarés y los historiales de los clubes -cambiando relaciones simbólicas entre ellos e impactando en lo económico y comercial-, en el plano internacional acaba de reducirse a su mínima expresión el margen para la especulación revisionista.


Debe haber sido un golpe duro de asimilar, para la “lógica” de quienes piden equiparar todas las competiciones regionales alguna vez celebradas, la aclaración de la Conmebol de agosto de 2015. Por entonces, la entidad llegó a felicitar a River por la obtención de su “15º título internacional”, al contabilizar competencias como la Copa Aldao y la Tie Cup Competition. Pero rápidamente rectificó el conteo y atribuyó el error a su Departamento de Prensa (1).


(Dicho sea de paso, en un universo paralelo en el que la Aldao o la Copa Campeonato del Río de la Plata hubieran tenido la misma significancia y jerarquía que la Libertadores, San Lorenzo hubiera podido disputar la Supercopa entre 1988 y 1997, ya que se alzó con ambos trofeos en 1927 y 1923, respectivamente).


El cross de nocaut llegó hace pocas semanas, en forma de comunicado oficial de la FIFA, que -ante una requisitoria de la prensa brasileña- hizo añicos la homologación de la Copa Intercontinental al Mundial de Clubes y dejó en claro el mayor estatus de esta última competición (2). Imaginen cómo habrán recibido la noticia varios de estos personajes que pretenden reescribir la historia pasándole lustre a una Copa de Honor Cousenier (3).


A contramano del camino marcado por los más altos estamentos del fútbol organizado a nivel regional y mundial, la AFA habilita su propio desprestigio al no ponerle coto al “migajeo de estrellas” de quienes quieren situar al Amateurismo (que en la Argentina se transitó con un nivel de desorganización infinitamente mayor que en otras latitudes) en un mismo nivel con el Profesionalismo y/o contabilizar las copas nacionales irregulares de ambas eras.


En ese sentido, y para terminar con el mito de que “en todas partes el Amateurismo cuenta” debe puntualizarse que en cada asociación nacional de fútbol la distinción entre las ligas amateurs y profesionales (entre otras distinciones) obedece a sus propias particularidades históricas y organizativas. Así, hay países donde el palmarés unificado responde a la regularidad y seriedad con la que se encararon los campeonatos desde un primer momento (un ejemplo a citar sería el de la Football League británica, más allá del hito contemporáneo que representa el nacimiento de la Premier en la temporada 1992-93), mientras que hay otros países que aplican un necesario “borrón y cuenta nueva” a partir de una fecha determinada (como España, cuyo Campeonato de Liga está vigente desde la temporada 1928-29, o como la Ligue francesa, que arranca como tal en 1932, en desmedro de las competencias previas). Claramente el caso argentino se encuadra bajo la misma lógica que el español o el francés (como hemos probado de sobra en estas columnas, no fue ningún capricho local la contabilización de títulos -y partidos- desde 1931).


Por otro lado, la insólita consideración de la Copa de Oro de 1936 (obtenida por River) y de la Superfinal de 2013 (ganada por Vélez) como “títulos de liga” -cuando, diga lo que diga un acta dada, por definición una liga jamás puede reducirse a una final entre dos equipos- prueba lo mucho que debe reverse y aclararse desde la entidad que conduce a nuestro fútbol.


(Y a quien crea que no puede realizarse una corrección a posteriori, lo invito a analizar el caso de la Superfinal 2014, levantada por River, cuyas disposiciones reglamentarias hablaban de “ganador” y no de “campeón”, lo que no impidió que tiempo después la AFA oficializara a los riverplatenses como “campeones” de esta copa nacional). 


La discusión, en definitiva, está abierta. Pero, en tiempos de la “posverdad” (ese eufemismo de moda para la mentira), no está de más recordar que “reivindicar la historia” y “contarla completa” implica hacer el esfuerzo de situar al texto (al documento, al registro, al hecho) en su contexto. Relativizar la importancia decisiva que tuvo para la organización y el crecimiento de nuestro fútbol el comienzo del Profesionalismo en 1931 o empardar los lauros más importantes de la historia con anecdóticas competiciones menores, no es revisionismo. Es un chiste (y bastante soso).


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1) http://www.clarin.com/deportes/futbol-internacional/fifa-comunico-considera-torneo-oficial-copa-intercontinental_0_S1H4YIKvx.html


2) http://www.lanacion.com.ar/1820517-conmebol


3) https://es.wikipedia.org/wiki/Copa_de_Honor_Cousenier

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