2014
SIGA EL BAILE SIGA EL BAILE

En el último partido de local antes de viajar a Marruecos para disputar el Mundial de Clubes el Ciclón se llevó puesto a Estudiantes por 4 a 0. La gente vivió una fiesta que no entendió de temporales. Deliró por la Libertadores y pidió salir campeón en África.

Se cambió el chip y se encendió el modo copero. Tanto adentro como afuera de la cancha el clima fue de Libertadores, entre agradecimiento por lo disfrutado hace 3 meses y la necesidad de reencontrarnos con aquel equipo que se hacía fuerte en el Bidegain plantándosele a cualquiera.
Desde el principio San Lorenzo se hizo dueño del partido contra un Estudiantes que se replegaba para salir de contra. La pelota y el dominio eran del Ciclón, aunque con poca profundidad. En la velocidad de Verón, el empuje de Buffarini, el panorama de Ortigoza y la movilidad de Barrientos se intentó quebrar la defensa pincharrata sin suerte. De ellos poco y nada, con apenas un cabezazo que contuvo Torrico sin problemas.
Al minuto del segundo tiempo Ortigoza cambió por gol un penal que Pompei sancionó por foul a Kalinski. Si bien la infracción existió, la misma se produjo fuera del área. Poco importó para los miles de cuervos que se acercaron al Bidegain a despedir al campeón de América. El grito fue el desahogo necesario para desentenderse del partido y darle paso a una verdadera fiesta.
Con el resultado a favor del Ciclón se invirtieron los roles. Estudiantes se obligó a buscar el empate y los de Bauza apostaron al contra ataque. En una pelota recuperada, el ya ingresado Mauro Matos desde media distancia metió un lindo fierrazo de zurda que se coló abajo y cruzado ante el esteril vuelo del arquero rival.
La tranquilidad del marcador fue un bidón de nafta para la alegría que emanaba desde las tribunas del Bidegain, y encima el tremendo temporal que se desató puso a la gente al palo. En medio del descontrol un nuevo penal (esta vez bien sancionado por foul a Barrientos) abrió paso al 3 a 0 de Ortigoza. Ya sobre el cierre se decoraría el marcador con un gran disparo razante de Buffarini para sellar el 4 a 0 final.
Podrían haber sido 5 o 6 goles. Quizás cerrar en 3.Era indiferente. La fiesta del Pueblo Azulgrana ya no entendía de resultados; sólo se trataba de agradecer, festejar y dar el último aliento al equipo que buscará ser campeón del mundo.
El último grito desde la popular fue contundente; siga el baile siga el baile, al compás del tamboril, que en Marruecos nos cogemos, a los putos del Madrid.
Y si, de eso se trata. De tener fe. De creernos capaces de todo. De ir por la gloria.
VAMOS CICLÓN!!!!
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